jueves, 26 de marzo de 2009

JUANITA, LA CHICA PROBLEMA.


Era un día miércoles después del recreo. Juanita, una niña de 8 años, se sentaba en una de las primeras bancas y siempre obedecía las típicas reglas generales de todo salón de clase. Ella, como todos los días, saludaba a su profesor de historia, sacaba su cuaderno respectivo e inmediatamente copiaba toda cosa que su maestro escribía en la pizarra. Juanita se pasaba todos sus cuarenta y cinco minutos trabajando de esta manera. Durante este tiempo su profesor no se volteaba a mirarlas, se dedicaba a llenar de palabras su pizarrón y cuando les hablaba era tan sólo para pedirles que guardaran silencio. Juanita aburrida de la forma en que siempre se daba esta clase, decidió hacer algo.

Al día siguiente, juanita ingreso al aula y notó que en una esquina cerca del escritorio se encontraban un balde con algunos artículos de limpieza que el conserje había olvidado. Ella, al darse cuenta de que su profesor no llegaba, decidió tomar la botella de cera y esparcirla por todo el pizarrón. Luego de unos minutos entra un profesor de reemplazo de historia, éste saluda y rápidamente se dispone a anotar la fecha, al ver que la tinta se esparce y el marcador se desliza con facilidad hasta caérsele, voltea muy enojado preguntando acerca de la responsable. Ninguna de sus amigas la delató, pero su mismo rostro de color rojo tomate indicaba que era la culpable.

Enseguida la llevaron a la dirección, llamaron a su mamá, le comentaron lo sucedido y que por esos motivos Mariana sería sancionada no asistiendo a clases dentro de una semana y que además debía traer una hoja llena de planas que decía “nunca más, le faltaré el respeto a mi profesor” , y así fue Juanita no volvió a cometer este erada actuación.

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